Hay un mito sobre los artistas como personas muy propensas a volverse locas, convivir con la locura, hacer extravagancias, escandalizar, tomar drogas y hacer lo que les da la real gana. A veces este factor locura es una forma de vida o actitud. Otras veces una ficción provocada.
Voy a reflexionar un poco sobre por qué ha habido y hay tanto artista loco.
¿Por qué se vuelve loca una persona?
En mi opinión, la locura nace en primer lugar porque existen la sensibilidad y los pensamientos. Quien no piensa y quien no siente, es frío y no sufre las pasiones irracionales con tanta fuerza.
En las personas hay niveles de sensibilidad y niveles de pensamiento. Los que más sienten y los que más piensan (a veces ambos a la vez en la misma persona), son los que tienen más potencia o fuerza para hacerlo. Sin embargo, esta fuerza del sentimiento o la obstinación de un pensamiento, a veces no son mejores, sino al contrario, perjudiciales y muy difíciles de controlar.
Ambos, pensamiento y sentimiento se unen a la pasión irracional, que es la forma más pura de vida, pero que se nos escapa de las manos si no tenemos cuidado.
Sin duda la pasión es el motor que nos impulsa a sentir y comprender. Igual que un coche, si lo conducimos demasiado rápido y no lo controlamos, caeremos por el precipicio de la próxima curva.
Por ello, los artistas, que se dedican a sentir y a pensar, se dedican a desarrollar su sensibilidad e intentan comprender más allá, están próximos a descarrilar si no son buenos pilotos. Y muchas veces, al descarrilar, ven más allá y además hacen su obra con esa visión, pero se pegan el batacazo final e inevitable. Esto genera después una”leyenda del artista”, que en verdad no es más que una prematura pérdida de alguien con grandes capacidades y que no pudo seguir con el camino por un descontrol de si mismo.
La locura nace en segundo lugar por procesos químicos que desconocemos y que nos hacen sentir de un modo negativo, excesivo, anormal y destructivo. Si hemos tomado algo químico, rápidamente el cuerpo y la mente se trastornan por ello. Si para colmo no tenemos conciencia, empezamos a pensar que es culpa de algo, alguien, una situación o lo que sea. El desconocimiento de nuestra química interna no solo puede perjudicar directamente al cerebro sino a toda la personalidad del sujeto.
Más motivos para volverse loco:
1. La inactividad.
Que es como decir el aburrimiento en su máximo grado. La mente empieza a desvariar porque la vida pasiva es como la prisión, como la depresión y la enfermedad, y por supuesto, pierde todo su sentido. No hay que olvidar que “el hombre es libre para todo menos para dejar de ser libre” y aunque nosotros no tengamos conciencia de ello, nuestro ser interno si.
Para una persona la actividad artística puede proporcionarle la actividad necesaria para evitar los trastornos que produce el “no hacer nada”. Los seres humanos necesitamos desarrollarnos como personas y es por esto que la educación artística es una herramienta fundamental.
2. Dificultades de la convivencia.
Problemas que surgen al vivir con otros humanos que también pueden estar al borde de la locura.
Por ejemplo: yo soy muy sensible a los ruidos. De repente mi vecino (que está loco seguro) se pone a obrar toda la casa y los ruidos son infernales. Yo empiezo a pensar que el vecino me está destrozando con sus ruidos, que se va a caer el techo, que es un egoísta y que lo hace a posta… Entonces me vuelvo loca, le meto silicona en la cerradura, le tiro una bomba fétida, mato a su perro y secuestro a su mujer. Por supuesto, las obras siguen y yo puedo tirarme por la ventana o pintar “El Grito”.
Si no queremos volvernos locos, mejor será relajarnos y adoptar medidas por nuestro propio bien, como dejar de estar con la persona que «nos vuelve locooooos» . Pero muchas veces las soluciones no llegan y nuestro cerebro nos demuestra sus límites.
3. La soledad absoluta.
Lo contrario de la anterior razón, es muy perjudicial para la mente que según se dice, se desarrolla por medio de la actividad social o del vivir entre personas.
Creo que la razón del trastorno final de Vicent Van Gogh fue ver su situación vacía. ¿Cómo se puede permanecer cuerdo pintando cada día en medio de un prado solitario y tan silencioso que tan solo se pueden escuchar los gruñidos de unos cuervos? ¿Cómo puede alguien tan sensible y con unas ideas tan obstinadas irse a vivir al campo con cuatro campesinos inexpresivos que no tenían ni idea lo que él hacia con su arte?
Soledad también es no tener a nadie con quien hablar de lo que uno necesita hablar. Y aunque a veces estemos rodeados de gente, podemos sentir que no coincidimos con nadie o que no hay nadie que pueda comprendernos.
Autorretrato de Van Gogh en la prisión de locos
4. Los traumas.
Vivir una experiencia traumática e incluso seguir con la situación que genera el trauma.
Por ejemplo Beckmann quedó totalmente traumatizado con la experiencia de la guerra. Su pintura refleja su estado mental absorbido por los recuerdos.
Autorretrato de Beckmann después de la guerra.
5. El exceso pasional, sensible e ideológico.
Recuerda, si eres una persona con sentimientos muy fuertes y profundos, piensas mucho y de una forma obsesiva en determinadas ideas, o simplemente actúas pasionalmente… te puedes acabar volviendo loco. Le puede pasar a cualquiera.
6. La pérdida del sentido de las cosas.
Si nuestra vida deja de tener sentido para nosotros mismos, rápidamente el trastorno mental será visible.
Lo único que le da sentido a la vida es el amor. Si perdemos la capacidad de amar, rápidamente perdemos el sentido de todo. Nota* Muchos artistas están locos porque no aman y sus obras “locas” no tienen ningún entido porque ellos mismos no lo sienten.
¿Por qué a un artista le interesa volverse loco?
Está claro que es la forma de potenciar los sentimientos, los pensamientos, y con ello, las necesidades expresivas. La locura es un descontrol y una liberación al mismo tiempo. Por eso un artista se aficiona a la locura y las causas que se la provocan, puesto que exalta sus capacidades de una forma liberada. El peligroso descontrol es al mismo tiempo la deseada libertad.
La conexión es la siguiente: Locura = Liberación
A Egon Schiele le gustaba su imagen de «loco» y se autorretrataba así.
Lo que más ansía un artista por encima de muchas cosas es lograr un grado de libertad que le permita desarrollar un arte nuevo, que nunca antes ha sido creado, y que funcione perfectamente para realizar los objetivos de su arte. Su gran deseo es alcanzar las herramientas expresivas que satisfacen sus más profundas necesidades humanas internas. Y para alcanzarlas hay que dejar trabajar al gran Motor explosivo: la Pasión.
Sin Pasión no existe el Arte pero la pasión tiene sus riesgos. El buen Artista siempre elige arriesgar.