El sentido de la existencia
El nacimiento, la vida y la muerte. Ciclo vital lleno de todo; lo bueno y lo malo.
Esta pintura fue creada por Paul Gauguin en su madurez como pintor. Es una fuerte conclusión de sus meditaciones. Pintura llena de símbolos, ideas, sensaciones y que muestra en mi opinión un poco de la esencia del ser humano: nuestra búsqueda del sentido de la existencia.
¿De dónde venimos? ¿Quién somos? ¿Adónde vamos?
En este texto, carta a C. Morice, de 1901, tenemos una explicación del cuadro del propio Paul Gauguin.
“En este gran cuadro:
¿Adónde vamos?
Tras la muerte de una anciana.
Un pájaro extraño, estúpido concluye.
¿Quién somos?
Existencia diaria.
El hombre de instinto se pregunta lo que quiere decir todo esto.
¿De dónde venimos?
Manantial. Niño. La vida empieza.
El pájaro concluye el poema comparando el ser inferior frente al ser inteligente en este gran todo que es el problema enunciado por el título.
Tras un árbol dos siniestras figuras, envueltas en ropas de color triste, ponen detrás del árbol de la ciencia su nota de dolor causada por esta misma ciencia, incluso en comparación con unos seres simples en la naturaleza virgen que podría ser un paraíso de concepción humana dejándose llevar por la alegría de vivir.”
Análisis visual del cuadro
El cuadro está lleno de simbologías que podemos razonar y comprender pero el cuadro es una pregunta abierta, una búsqueda del sentido del existir.
Sin embargo, para que nuestro razonar sobre el cuadro fuese más sencillo, en el extremo superior Gauguin incluyo el tema del cuadro como título:
1. El título: D´ou venons nous? Que sommes nous? Oú allons nous?
En el centro destaca la figura vertical cogiendo un fruto. Para mi, esto simboliza el momento en que, según la biblia, se cojió el fruto prohibido del árbol de la sabiduría y por lo tanto es el paso entre pertenecer a la naturaleza o, al tomar conciencia y saber, empezar la vida fuera de ella.
Abajo a su izquierda hay una niña comiéndose un fruto igual que el que está cogiendo la figura central. En mi opinión simboliza la toma de conocimientos y por lo tanto la educación y civilización del ser humano.
También abajo, a la derecha, hay una figura que se oculta, con rostro oscuro, y que me parece que simboliza la misma vergüenza que mostraron Adan y Eva al verse desnudos tras comer el fruto. Es decir, la pérdida de la inocencia.
Por otra parte están las dos estructuras triangulares (marcadas en linea azul) que son dos ideologías contrarias pero con el mismo fin:
2. El dios.
La estructura de la izquierda está coronada por un ídolo, símbolo de religión, superstición, creencias primitivas, etc. Ideologías y conocimientos espirituales que históricamente han servido como explicación de la pregunta cuestionada. La mujer que vemos tras el ídolo medita sobre las respuestas que este «dios » le ha proporcionado a sus dudas existenciales.
3. La ciencia
A la derecha, arriba, en la punta de inicio del segundo triángulo están las dos figuras que salen de debajo del árbol de la ciencia que dice Gauguin en su carta. Por lo tanto son dos figuras que razonan, meditan y conocen. En contra del anterior icono, místico y espiritual, éstas simbolizan el esfuerzo humano de comprender por medio de la razón y la ciencia.
4. La vida
Las dos bases de los triángulos son la representación de la propia vida.
A la derecha, en primer plano tenemos a las misteriosas y seductoras figuras que miran hacia nosotros. Nos atraen hacia la vida, el placer y la alegria. Son la viva expresión del «aprovecha el momento», el «vive ahora». Y por ésto, creo que simbolizan un poco el mensaje final del cuadro, su sentido.
Más abajo y a la derecha hay un bebé que es todo un misterio.
No es un símbolo de vida, puesto que allí tumbado sobre una roca y con el rostro oscurecido, nos parece más un enfermo. Detrás de él, una mujer le da la espalda.
Gauguin había perdido hacía poco a una hija pequeña. Este trauma parece que queda reflejado como un aditivo a la gran pregunta sobre la vida que formula el cuadro. Cómo entender la pérdida de un hijo. Imposible resolución.
Así pues, Gauguin pone juntos aquí, dos extremos de la vida: Las mujeres que son el placer (felicidad, alegría de vivir) y el niño muerto es el gran dolor (penas y sufrimientos de la vida). Ambos extremos forman parte de la vida.
Por último también dos contrarios. Vejez y juventud están presentes al otro lado, en la parte izquierda.
El retorno a la Naturaleza.
La decisión de Gauguin de abandonar la vida en civilización y la sociedad y marcharse a las islas del Pacífico a pintar, está unida a su búsqueda de la felicidad.
La vida en el mundo moderno es una selva inventada por la especie humana que nos facilita la vida pero no su disfrute.
En el mundo natural se puede sentir la existencia de las cosas, el ser y el vivir, pero hay que ganarse día a día el bienestar.
Creo que con estas ideas quiso Gauguin poder sentir la vida y poder transmitirla en imágenes.
El retorno a la naturaleza para él, sin embargo, le supuso la ruina económica, sufrimientos físicos y enfermedades, soledad y depresión. Pero a cambio, pudo observar la belleza de vivir en todo su esplendor, en un pequeño paraíso natural.
La belleza de la vida y el sufrimiento juntos nos hacen tambalear y la duda sobre el sentido de las cosas es la clave para seguir o no.
Esta pintura es un esfuerzo increíble. Al plantear directamente este tipo de temas, humanos, existencialistas, necesarios y profundos, Paul Gauguin realiza un jaque mate contra toda la pintura falta de espíritu, de vida interior, contra todo aquello donde se expresa un desaprovechamiento del ser y un fatal desprecio de las cosas valiosas.
La influencia de Gauguin en artistas posteriores va más allá de la técnica pictórica y el estilo.
Aportó el «razonar sobre el cuadro» que luego muchas nuevos artistas han desarrollado en otros movimientos artísticos.
Creo que este cuadro no tiene igual. Necesitamos obras como estas.
Es una imagen que habla sobre la vida en si misma, buscando su sentido. Haciéndonos pensar sobre ella.
Aunque el cuadro no puede aportar una respuesta concreta, el espectador si puede sacar su propio mensaje.
Para mi, después de todo, la vida tiene sentido por si misma.
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